¿Cuánto tiempo más podré vivir sin amor?. Treinta y tres ovejitas. Toco tu boca con un dedo toco el borde de tu boca. Treinta y cuatro ovejitas. A fin de cuentas ni siquiera sé qué es el amor. No, el capítulo 93 no tiene la respuesta que busco. El capítulo 93 tampoco existe. Treinta y cinco ovejitas. Vivir absurdamente para acabar con el absurdo pensaba Horacio pensando en La Maga y pienso yo pensando en una de mis amigas más queridas. Por algo digo yo que todo tiene un motivo que todo se encuentra en los libros que tenía que volver a volver a leer rayuela. ¿Por dónde iba? Ah, sí, Treinta y seis ovejitas. Treinta y siete ovejitas. Evidentemente soy yo la que no sabe pedir que la quieran. Treinta y ocho ovejitas murmuran en el idioma de ovejitas mientras yo me pienso dándome un beso y toco tu boca con un dedo toco el borde de tu boca porque el amor siempre el amor. Absurdo es pensar esto a las casi cinco de la mañana.
Otra vez extraigo (por no decir que robo) textos del blog de Flor!
ResponderBorrarElla mencionó su alusión a mi persona y tuve la obligación (y el
placer) de leer.
Sabes Rayuela es un libro que me encanta, sabes que Cortazar es casi una obsesión (incluyendo mi poster de él en mi cuerto, el dvd, y cuanto artículo que lo mencione)
También sabes lo mucho que te quiero... y ambas sabemos del desamor...
yo creo que no es absurdo
ResponderBorrardespués de todo, la busqueda del amor (y descubrirlo) es una de las mejores razones para darle un sentido al mundo
muy buen texto... muy sentido. Se lo que es el desamor.
ResponderBorrarabsurdo o no, es lo que hay...
ResponderBorrar.
ResponderBorrarMe sonaban ya leídas estas letras en alguna parte.
Creí que era el absurdo.
Me equivoqué, es el fin del absurdo.