“Cada ciudad puede ser otra
cuando el amor la transfigura”
M. Benedetti, “Cada ciudad puede ser otra”, Il cuore.
Estaré lejos de esa ciudad que se jacta de la bondad de sus aires. Esa déspota que aliena a sus habitantes, consume a los fugaces amantes, cambia su rostros, destruye sus propias paredes ansiosa de ser hacedora de las más cruentas mutaciones. Esta ciudad fue testigo de un lazo anacrónico, mientras que hoy el mismo espacio se encuentra saturado de rostros desconocidos que me impiden distinguir una huída de una ausencia.
Ahora estoy sola en un ciudad que me es ajena. La urbanidad nos consumía, destruía nuestro vínculo con lo simple y lo primario. Una fuga inminente te impidió permanecer en esta urbe que fue y que nos hizo ser, transformando a la ciudad en otra. Era imposible que perdurara intacta en el tiempo. Ya no habitaremos la ciudad del ayer porque cada ciudad puede ser otra... cuando el desamor la desfigura.
cuando el amor la transfigura”
M. Benedetti, “Cada ciudad puede ser otra”, Il cuore.
Estaré lejos de esa ciudad que se jacta de la bondad de sus aires. Esa déspota que aliena a sus habitantes, consume a los fugaces amantes, cambia su rostros, destruye sus propias paredes ansiosa de ser hacedora de las más cruentas mutaciones. Esta ciudad fue testigo de un lazo anacrónico, mientras que hoy el mismo espacio se encuentra saturado de rostros desconocidos que me impiden distinguir una huída de una ausencia.
Ahora estoy sola en un ciudad que me es ajena. La urbanidad nos consumía, destruía nuestro vínculo con lo simple y lo primario. Una fuga inminente te impidió permanecer en esta urbe que fue y que nos hizo ser, transformando a la ciudad en otra. Era imposible que perdurara intacta en el tiempo. Ya no habitaremos la ciudad del ayer porque cada ciudad puede ser otra... cuando el desamor la desfigura.