Su reino absoluto me cautiva, me atemoriza, me sorprende segundo a segundo. Su perfecto dominio altera mi finita mente, incapaz de entender la perpetuidad de su poderío. Se presenta eterno frente a mi condición mortal, burlándose con ironía como siempre lo hizo a través de los siglos, majestuoso frente al universo reducido a un simple vasallo.
Su axiomática victoria me encuentra implorando que no despliegue su vasto poder mientras mi existencia se reduce a casi nada.
Mi derrota es confusa angustia, solo queda jugar con mis relojitos de colores para hacer la espera más amena. Escucho que las agujas giran y giran, y continúan girando, al igual que mi cuerpo alrededor del sol. Intento con mi razón negligente asignarle un nombre a tan magna fuerza, entonces observo como procede... y su obrar me maravilla... ya que a su paso deja destrucción, grietas profundas, arrugas grises, manchas y páginas ambarinas. Ahora lo divido en partes, de las mas diversas magnitudes. Resulta entretenido transformar en una simple medida al único testigo que presenció como el caos fue orden en un solo instante, para finalmente volver a ser caos. Pero aún no socavo el aburrimiento que habita en mi ser, necesito proseguir con este ultraje profano. Mi locura humana impide obtener lo que deseo, y simplemente me conformo con concederle acciones a este cruel déspota... ahora puede ganarse o perderse, ajustarse, correr, también darse, hacerse, puedo disfrutarlo o
simplemente dejarlo pasar, pero nunca puede detenerse y mucho menos faltarme.
Repentinamente mis delirios generan la falsa sensación de control, pero este vigor se desvanece ante la infinitud de mi soberano. Y no afirmo como el Eclesiastés que todo tiene su tiempo, sino que ahora creo que es el Tiempo el que todo lo tiene.
Tiempo
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Flor lo prometido es deuda...
ResponderBorrargracias x presionarme para que retorne hacia las letras liberadoras...
y como habra notado la obra del domingo resulto inspiradora
Me alegra volver a leerte!
ResponderBorrarAhora: ¿gracias por "Presionarme"?... qué fea expresión!! jaja. A fin de cuentas soy una tirana!!! jaja. Yo diría que te impulsé con especial insistencia... quizás porque creo profundamente que la mejor terapia del mundo es escribir. Y porque así como me encuentro en muchas cosas tuyas, sospecho que te hará tan bien como a mí utilizar este blog a modo diario íntimo (como el del pobre señor del domingo, jaja).
Respecto a la obra, a mí también me quedaron dando vuelta muchas cosas. Generalmente pienso y vuelvo a pensarlo todo... supongo que hacemos propias las experiencias, inquietudes y temores de otros para no sentirnos tan distintos. Reconozco que antes Borges me parecía tan lejano... pero una vez que me adentré en su mundo, descubrí que después de todo nos parecemos (quiero decir, todos los hombres en algún punto terminamos siendo el mismo hombre).
Sobre el texto, primero decirte nuevamente que me siento Ampliamente identificada con lo que escribís. Me encantó el final, creo que te lo voy a robar para anotarlo en mi agenda, jajaja.
Ninguna victoria es axiomática, creeme, somos capaces de ganarle hasta al viento; será que no creo en lo dado.
"Como el caos fue orden en un solo instante, para finalmente volver a ser caos". Obviaría el finalmente; debe tener que ver con esta circularidad que vimos en la obra, pero creo que el caos se vuelve orden y vuelve a volverse caos y orden y caos y así infinitamente...
Espero con ansias tu próximo texto. Lo que no espero con ansias para nada es la vuelta a cursada... nos vemos mañana, amiga!!
Te quiero mucho...
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ResponderBorrarejem, hora de seguir actualizando! jaja... mirá que el texto complejísimo de antropología no es excusa para que dejes de actualizar...
ResponderBorrarUn besote!!
interesante manera de
ResponderBorrarscar fuerzas..
saludos .. y visita mi sitio si lo deseas...
chau