Ajeno

La huida empieza en los labios de otra mujer. Ella ataca, pretende contemplar mi pureza corrompida en su lecho. Me sumerge en este juego impùdico, depreda mi carne con desmesura para cruzar el umbral de los excesos hasta alcanzar ese lugar donde mi inocencia roza su lujuria.
El caudal de la indecencia se incrementa mientras me pierdo en la perfecta simetrìa de nuestros cuerpos. Es el pecado hecho espejo el que manifiesta que esta noche el deseo prescinde de lo ajeno.

4 comentarios:

  1. Un texto que Flor no deberia leer...

    *A todo aquel que descrea de lo ajeno

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  2. es que el pecado es sólo una perspectiva

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  3. Anónimo12:42 p.m.

    .

    Usted podría convertirme en un creyente con lo excelso de su prosa.

    Pero éste león desconfía de las palabras.

    Aun cuando se deja llevar (y eso es mucho)

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  4. Excelente...
    Recorde la direccion ;)
    Un beso y promesas de mas visitas.

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