Urbe

“Cada ciudad puede ser otra
cuando el amor la transfigura”

M. Benedetti, “Cada ciudad puede ser otra”, Il cuore.




Estaré lejos de esa ciudad que se jacta de la bondad de sus aires. Esa déspota que aliena a sus habitantes, consume a los fugaces amantes, cambia su rostros, destruye sus propias paredes ansiosa de ser hacedora de las más cruentas mutaciones. Esta ciudad fue testigo de un lazo anacrónico, mientras que hoy el mismo espacio se encuentra saturado de rostros desconocidos que me impiden distinguir una huída de una ausencia.

Ahora estoy sola en un ciudad que me es ajena. La urbanidad nos consumía, destruía nuestro vínculo con lo simple y lo primario. Una fuga inminente te impidió permanecer en esta urbe que fue y que nos hizo ser, transformando a la ciudad en otra. Era imposible que perdurara intacta en el tiempo. Ya no habitaremos la ciudad del ayer porque cada ciudad puede ser otra... cuando el desamor la desfigura.

Nominal


Mi nombre es dolor
en el abismo del silencio

Temporalidad

el tiempo inerme
de ansiedad me nutre

Ménage a trois.



Siento en mi cuerpo dos cuerpos.

Poses


Como mueren las palabras... en perfecto silencio.


Callemos al unísono




Las voces descansan en el sigilo, allí donde el dominio de las palabras es nulo, aquí donde reina un perfecto silencio. Adoro esta afonía pasional que embriaga mi paladar con tu sabor que consume mis deseos.



Nuestras bocas prescinden de la sonoridad, nuestras lenguas no son doblegadas al lenguaje, se encuentran reducidas al idioma de los cuerpos.




*Quisiera creer ingenuamente que el silencio continúa siendo testigo de nuestros besos....

Homicidio


Mi luz muere en tu sombra.

Reglamentos





Se ríe en la penumbra de un cuarto desconocido. La invitan a ser parte del juego, aunque desentiende las reglas se atreve a ser participe dominada por un espíritu infantil. Jamás se rechaza aquello que el azar ha ofrecido.

Considera que un empate es suficiente aunque cree que su victoria es inminente. El fluir se entorpece y todo acaba en el mismo lugar donde comenzó. Ahora habita su vestido negro y camina descalza por la ciudad mojada como apogeo de su decadencia. La derrota resplandece en la consumación del deseo.

Nostalgia hedónica


Hoy extraño tu cuerpo a sabiendas de que tu ni siquiera recuerdas el mío.