Renacer


Mas de cinco millones de segundos separaron nuestros cuerpos. Y cada uno de ellos fue una súplica al cosmos para que obrara uniendo nuestros destinos nuevamente. Cada instante infinito fue un eterno desconsuelo, creyendo perdidos nuestros sueños. Profunda impotencia al no encontrar el sentido de mis lágrimas señalizando esta distancia oculta en penumbras.
Penumbras disipadas una mañana de verano al sentir los primeros rayitos de sol posándose en mi crisálida. Sentí como la vida renacía en una nueva forma , mientras la calidez me abrigaba despidiéndose de mi ánima fría. El pesimismo incierto se transformó en esperanza, confiando en que el cosmos haría su deber de manera extremadamente puntual y exacta porque posee un excelente sentido del tiempo y el espacio. Solo fueron algo más de cinco millones de segundos de espera, y mi certeza cósmica se hizo carne... tu anhelada carne.

Mi cuerpo renaciente frente a los vestigios del tuyo, las órbitas de nuestros ojos buscándose para no reconocerse. Un encuentro bajo mi mirar neófito y maduro que nos descubrió extraños. Dos completos desconocidos intentando recuperar en vano lo que esos millones de segundos habían destruido.

Nada

aquello que poseo y siento
es la nada que respiro
demasiado que ocultar

destruir
destruir
nada

crearlo todo